Para cerrar estos
apartados de pragmática, finalmente hablaré de la teoría de la
pertinencia, desarrollada por Sperber y Wilson que
afirman que la cognición humana está orientada hacia la selección
de aquellos estímulos que nos permite modificar y mejorar nuestra
representación del mundo.
El
oyente tiende a la obtención del máximo grado de información con
el mínimo esfuerzo de procesamiento; es lo que los autores
denominaron principio de
pertinencia. No
es un acto voluntario en principio, ni tiene carácter social.
Simplemente se da en todo acto de comunicación.
La
información que se obtiene por descodificación es una
representación incompleta, llamada forma lógica, que hay que
completar a partir de un enriquecimiento contextual y la selección
inadecuada del contexto da lugar a gran diversidad de errores y
malentendidos.
El
hablante entiende que existe un grado de mutualidad y dependiendo de
éste, elige un estilo u otro. Decide que dejar explícito y qué
implícito.
Cuanta
más información deje implícita el hablante, mayor será el grado
de comprensión mutua que reconozca entre él y el oyente. Si
sobrestima el grado de comprensión puede que su enunciado sea
difícil de entender y por lo tanto ni risas, ni nada.
Un
resultado exitoso en la comunicación humorística, vendrá dado,
pues por la captación del sentido real por parte del oyente.
Los
recursos gramaticales que materializan una intención humorística
atraen y fijan la atención sobre la forma del mensaje.
Los
elementos lingüísticos del mensaje no poseen humor por sí mismos;
es su uso en la comunicación lo que lo hace humorístico, gracias a
la información explícita, la implícita y los elementos
contextuales.
Podemos
decir que el aspecto humorístico trasciende el nivel de las palabras
y abarca todo el conjunto de la comunicación.
El
lenguaje, usado de una manera intencionalmente lúdica, contradice
todas las reglas pragmáticas propias del “lenguaje serio”, ya
que para ello se prefiere la ambigüedad, el doble sentido, lo falso,
lo equívoco, lo impertinente, etc.
Les
invito a no respetar estas reglas cotidianas ya tan estudiadas y en
cambio construyan y busquen el contenido implícito; si llegan a
alguna conclusión, me la cuentan. Y disfruten del humor.
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