lunes, 27 de mayo de 2013

IRONÍA, SARCASMO Y HUMOR NEGRO.



IRONÍA


La ironía consiste en dar a entender lo contrario de lo que se piensa. La palabra proviene del griego εἰρωνεία , que quiere decir disimulo o ignorancia fingida.

Para algunos, es la forma más refinada de humor, ya que presupone un ingenio en el interlocutor, que debe de inferir el sentido implícito del mensaje. La falta de perspicacia, esconderá el resultado real al mal entendedor.

Además, es un buen recurso, para decir cosas prohibidas, molestar o protestar evitando un castigo. Pero en estos contextos es todo un arte.

Algunas clases de ironía son:

-Antífrasis: dar a algo un nombre que indique cualidades contrarias. (Inteligente a un estúpido).

-Asteísmo: fingir que se vitupera para alabar. (“Es un ignorante” para referirse a un erudito).

-Carientismo: usar expresiones que parecen verdaderas o serias para burlarse. (“¡Qué buena idea!” para señalar una ocurrencia poco acertada).

-Clenasmo: atribuir a otro las buenas cualidades que nos convienen y a uno mismo sus malas cualidades. (“Como tú eres tan puntual y yo nunca llego a mi hora...”).

-Diasirmo: humillar la vanidad de otro, recordándole cosas que deben avergonzarle. (“¿Qué se puede esperar de alguien que siempre le recuerda a los demás cosas que deben avergonzarles?”).

-Mímesis: imitar a alguien a quien se quiere ridiculizar.

-Meiosis: rebajar la importancia de algo que en realidad la tiene. (“Si no pasa nada porque no me devuelvas ese dinero, solamente eran todos mis ahorros...”).


-Auxesis: lo contrario de meiosis, atribuir desmesurada importancia a algo trivial. (“¡Qué contrariedad! ¡Qué desazón! Has perdido un mechero”).


SARCASMO

Aunque es un tipo de ironía, se ha dicho del sarcasmo que es la forma más baja del humor pero la más alta expresión del ingenio. Básicamente, la burla es tal, que es dolorosa, cruel e insultante. Vamos, absolutamente sincera.

Su origen etimológico, lo encontramos en el latín sarcasmus, que a su vez lo toma del griego. El significado literal sería “mordedura de labios”.

El matiz para diferenciar ironía de sarcasmo es altamente subjetivo, o ésto pienso yo.

John Haiman declara en su libro “Talk is cheap: Sarcasm, Alienation and the evolution of language”:
Cualquiera que sean nuestros objetivos sociales o psicológicos siendo sarcásticos, desde un punto de vista puramente gramático o lingüístico, estamos haciendo dos cosas a la vez: estamos comunicando un supuesto mensaje, pero a la vez lo estamos enmascarando con un comentario (…) que dice algo como no me refiero a ésto: en realidad, quiero decir exactamente lo contrario”.

El sarcasmo puede contribuir a aumentar la percepción de una crítica, a llevarla al terreno humorístico para rebajar la percepción de amenaza y agresividad.

No es raro que vaya acompañado de gestos faciales, entonaciones o el conocimiento del emisor que nos transmite el mensaje. Son pistas para identificarlo correctamente.



EL HUMOR NEGRO

Lo reconozco; es una de mis debilidades, me apasiona esta capacidad humana que encuentra motivos para reírse en el entierro de su propia madre. Llamadme frívola pero me parece la solución, el equilibrio necesario para afrontar la realidad, tan llena de emociones viscerales y de contratiempos incomprensibles.

Este tipo de humor se aplica a situaciones que nos causarían terror, compasión y otro tipo de emociones indigestas.

La muerte es el tema del humor negro por antonomasia. Como la mayoría de la gente sabe Groucho Marx mandó escribir sobre su tumba “Perdonen que no me levante”, y si mañana la alquimia revelara el secreto de la vida eterna yo no encontraría rasgos de mayor genialidad en ello.

Lo políticamente incorrecto habita en el humor negro, está muy relacionado con la moral y aparte de la muerte los grandes temas dependen de la sociedad, pero algunos de los grandes universales son las normas sociales, el asesinato, las enfermedades, la sexualidad, el suicidio, la pobreza, el racismo, la drogadicción, las violaciones, la religión, etc.

Como no puedo emplear mi vida entera citando a grandes maestros del humor negro, tendré que elegir sólo algunos.

El diccionario del diablo de Ambrose Bierce, es para mí una gran biblia del humor negro. No apto para enemigos de la subversión y la provocación.
Algunos ejemplos son:
Abstemio, s. Persona de carácter débil que cede a la tentación de negarse a un placer. Abstemio total es el que se abstiene de todo, menos de la abstención; en especial se abstiene de no meterse en los asuntos ajenos.

Aburrido, adj. Dícese del que habla cuando uno quiere que escuche.

Aforismo,s. Sabiduría predigerida.

Ancianidad, s. Época de la vida en la que transigimos con los vicios que aún amamos, repudiando los que ya no tenemos la destreza de practicar.

Anormal, s. Que no responde a la norma. En cuestiones de pensamiento y conducta ser independiente es ser anormal y ser anormal es ser detestado. En consecuencia, el autor aconseja parecerse más al Hombre Medio que a uno mismo. Quien lo consiga obtendrá la paz, la perspectiva de la muerte y la esperanza del Infierno.

Autoestima, s. Evaluación errónea.

Boda, s. Ceremonia por la que dos personas se proponen convertirse en una, uuna se propone convertirse en nada y nada se propone volverse soportable.

Cleptómano, s. Ladrón rico.

Crítico, s. Persona que se jacta de lo difícil que es complacerlo porque nadie pretende complacerlo.

Egoísta, s. Persona de mal gusto que se interesa más en sí mismo que en mí.

Optimismo, s. Doctrina o creencia de que todo es hermoso, inclusive lo feo; todo es bueno, especialmente lo malo; y todo está bien dentro de lo que está mal. Es sostenida con tenacidad por los más acostumbrados a una suerte adversa. La forma más aceptable de exponerla es con una mueca que simula una sonrisa. Siendo una fe ciega, no permite la luz de la refutación. Enfermedad intelectual, no cede a ningún tratamiento, salvo la muerte. Es hereditaria pero afortunadamente no es contagiosa.


 

Realmente valerse de la palabra y el humor para ser combativo es algo corriente (entre los que combaten contra algo y son partidarios de ello, claro). John Chleese, componente de los Monty Phyton, afirmaba que el buen humor de verdad debía dejarnos cierto mal gusto en la boca, debía hacernos pensar. Y qué peor gusto que el humor que ataca directamente a los valores inamovibles e incuestionables, que quizás no funcionan.

Cuando al tirano se le puede llamar tirano, el humor deja de ser necesario” (Cándido).

Os invito a ver un monólogo del cómico americano, Bill Hicks, maestro de la irreverencia, la molestia y la palabra.





Y si os sentís pequeños e inseguros, bromead sobre ello. Nunca olvidéis que no sois tan importantes.










PRAGMÁTICA VI. LA PERTINENCIA.

Para cerrar estos apartados de pragmática, finalmente hablaré de la teoría de la pertinencia, desarrollada por Sperber y Wilson que afirman que la cognición humana está orientada hacia la selección de aquellos estímulos que nos permite modificar y mejorar nuestra representación del mundo.

El oyente tiende a la obtención del máximo grado de información con el mínimo esfuerzo de procesamiento; es lo que los autores denominaron principio de pertinencia. No es un acto voluntario en principio, ni tiene carácter social. Simplemente se da en todo acto de comunicación.

La información que se obtiene por descodificación es una representación incompleta, llamada forma lógica, que hay que completar a partir de un enriquecimiento contextual y la selección inadecuada del contexto da lugar a gran diversidad de errores y malentendidos.

El hablante entiende que existe un grado de mutualidad y dependiendo de éste, elige un estilo u otro. Decide que dejar explícito y qué implícito.
Cuanta más información deje implícita el hablante, mayor será el grado de comprensión mutua que reconozca entre él y el oyente. Si sobrestima el grado de comprensión puede que su enunciado sea difícil de entender y por lo tanto ni risas, ni nada.

Un resultado exitoso en la comunicación humorística, vendrá dado, pues por la captación del sentido real por parte del oyente.
Los recursos gramaticales que materializan una intención humorística atraen y fijan la atención sobre la forma del mensaje.

Los elementos lingüísticos del mensaje no poseen humor por sí mismos; es su uso en la comunicación lo que lo hace humorístico, gracias a la información explícita, la implícita y los elementos contextuales.
Podemos decir que el aspecto humorístico trasciende el nivel de las palabras y abarca todo el conjunto de la comunicación.

El lenguaje, usado de una manera intencionalmente lúdica, contradice todas las reglas pragmáticas propias del “lenguaje serio”, ya que para ello se prefiere la ambigüedad, el doble sentido, lo falso, lo equívoco, lo impertinente, etc.

Les invito a no respetar estas reglas cotidianas ya tan estudiadas y en cambio construyan y busquen el contenido implícito; si llegan a alguna conclusión, me la cuentan. Y disfruten del humor.





domingo, 26 de mayo de 2013

PRAGMÁTICA V. TEORÍA DE LA CONVERSACIÓN DE GRICE.

La teoría, está basada en la deducción de ciertas normas generales, que sumadas a la observación de la conducta del emisor y el contexto deberían permitirnos inferir la intención comunicativa específica de tal emisor.

El autor expone unas máximas generales que se deben cumplir para que exista el principio de cooperación, éstas aparecen clasificadas en cuatro categorías:

1.Máximas de cantidad.
No digas más ni menos de lo que se requiere.
2.Máximas de cualidad.
No digas algo que sea falso o de lo que no estés seguro.
3.Máxima de relación.
Sea relevante.
4.Máxima de modalidad.
Evita la ambigüedad, el desorden...

En el caso de respetarse estas máximas, se supone que el receptor podría inferir el sentido correcto de la intención del hablante. Se ayudará del contexto para completar la información explícita e inferir la implícita.

Varios autores sugieren que el humor podría surgir de la violación de las máximas conversacionales de Grice.

El caso es que los comportamientos no cooperativos tienen sentido, al interpretarse como cómicos.

En el siguiente sketch de Faemino y Cansado proponen un método para robar una camisa de unos grandes almacenes, y podemos observar como el personaje que quiere llevarse la camisa no cumple las máximas de Grice, para confundir al guardia de seguridad. Evidentemente el resultado es comedia. De la buena.




El caso es que, aunque en determinadas ocasiones, resulte de lo más divertido violar las máximas, en ocasiones puede ser grosero, que es un problema común del enunciado humorístico en este mundo tan serio. Es fácil obtener la no cooperación humorística y que el interlocutor se sienta ofendido.

¿Cómo puede saber el oyente que debe interpretarlo como una descortesía o como un comentario humorístico? (Una fácil opción sería tomarlo todo a broma, pero he observado que la gente es muy dicotómica en estas cosas y también tiende a ofenderse).

Así que llega Raskin, y plantea que hay un paralelo al principio cooperativo y las máximas de Grice que operan en el modo de comunicación no seria.

1.Máxima de cantidad. Dé exactamente tanta información como sea necesaria para contar el chiste.
2.Máxima de cualidad. Diga sólo aquello que sea compatible con el mundo del chiste.
3.Máxima de relación. Diga sólo aquello que sea relevante para el chiste.
4.Máxima de modo. Cuente el chiste eficientemente.

Ésto, claro, está muy bien en la teoría, pero no considero que siempre funcione a la hora de que nuestro interlocutor entienda un mensaje humorístico como tal, ya que aunque se cumplan estas máximas, la perspicacia no funciona de igual modo en todas las personas, y el concepto de humor y la predisposición para el mismo, ni digamos.






PRAGMÁTICA IV. LOS ACTOS DE HABLA Y EL HUMOR.



Repasemos cuestiones terminológicas.
La teoría de los actos de habla surgió en respuesta contradictoria a la idea conservadora de que el lenguaje se utiliza únicamente para transmitir información.
Las oraciones, pues, tienen también una intención (influir en el pensamiento de otro, provocar una idea de uno mismo en el interlocutor, moverlo a que realice una acción, etc).
Austin distingue tres actos de habla:

-Acto locutivo: en todo acto de habla se pretende hablar de algo. Está constituido por las siguientes acciones:
-Componer una oración (estructura sintáctico-semántica), que en sí misma, puede
responder a varias interpretaciones.
-Contextualizarla, para resaltar el significado contextual de la referencia de esas
posibles interpretaciones.
-Materializarla como enunciado efectivo, bien pronunciado o escrito.
-Acto perlocutivo: aspectos intencionales, no regulados por la lengua y todo el conjunto de efectos que ejerce sobre el oyente.
-Acto ilocutivo: actitud con la que es presentado el mensaje, modo en el que muestra su postura.

Cada hablante sabe que tipo de conducta ilocutiva de adoptar en su lengua según el contexto y sus intenciones.

Por su parte, Searle distingue los actos asertivos , los directivos, los compromisivos, los expresivos y las declarativas. Y partiendo de las ideas de Austin, elabora una explicación de los factores que influyen en le elección de una u otra conducta ilocutiva, según la situación.
Cuando las condiciones no se cumplen, se origina una determinada situación que varía según la regla infringida, se violan los “actos de felicidad”. (Imaginad, por ejemplo, una situación en la que pretendéis detener y multar a un policía por la calle. Además de hermoso sería contraproducente y absurdo).

Pues el caso es que el humor juega a menudo con ésto. Puedes preguntar, por ejemplo “¿qué necesitas para abrir una jaula?” y la respuesta no será un instrumento, ni una llave, sino que esté cerrada.

Se supone, pues, que la violación de los actos de felicidad hacen que un acto de habla fracase. Pero puede, que si la intención es humorística, triunfe.

Existen, pues, actos de habla donde la clave humorística reside en la incongruencia entre el acto locutivo y el acto ilocutivo.

Así sucede en este ejemplo, donde el sujeto interpreta la intención negativa de una queja con una intención mundana y doméstica :

Una pareja en una casa; le dice ella:
-¿Has pensado en la nota que te dejé esta mañana en la nevera?
-No te preocupes, está todo bien.
-¿Cómo que está todo bien? Si te puse “ésto no funciona”.
-Tranquila, yo he mirado la nevera y enfría perfectamente.




sábado, 25 de mayo de 2013

PRAGMÁTICA III. ACERTIJOS Y CHISTES.

ACERTIJOS 

Los acertijos plantean un enigma que, en el caso de resolverse premiarán al interlocutor con el placer del reconocimiento de su ingenio.

Existe una secuencia que, según algunos, sirve como base articulatoria de toda adivinanza, que es “extrañamiento-asociación-metáfora”. Yo no estoy de acuerdo del todo, pero como sí he observado, que muchas lo cumplen, tampoco pero me parece como desmentirlo del todo y pongo un ejemplo donde sí ocurre de esta manera:

Saltando, saltando,
se viste de blanco.

Respuesta: el maíz tostado.

El proceso de “extrañamiento”, lo observamos, en que el maíz se ha separado de su significado y contexto natural, ya que, claro, uno no piensa en los granos de maíz dando saltos por sí mismos, y en un principio, tiende a imaginar a un tipo de ser vivo. La comparación y la asociación se producen, no sobre la totalidad del objeto, sino sobre una característica.
La clave está en la asociación metafórica “se viste de blanco”; ahora se presenta al maíz como un agente que brinca y se coloca su vestimenta, desafiando a la imaginación del oyente.

Las adivinanzas son, pues, “manifestaciones lúdicas de carácter cognitivos que, normalmente se remiten a supuestos contextuales de carácter socio-cultural, entre los que el receptor debe seleccionar, a partir de los indicios lingüísticos que le proporciona el emisor, el contexto más adecuado para recuperar el sentido pertinente y, de este modo, resolver el enigma”. (M.A.T.S.)




CHISTES

El chiste es, un subgénero humorístico que contiene un juego verbal o conceptual con intencionalidad cómica.
Casi todo el mundo sostiene que el papel del receptor es fundamental para que el chiste cumpla su función lúdica. Yo soy de las que piensa, que en muchas ocasiones, por el hecho de emitirlo ya se ha cumplido esa función, y que la perplejidad del interlocutor nos da otra modalidad de chiste, que nada más que le hace gracia a una persona y punto. Pero me parece acertado comentarlo desde el punto de vista en el que el receptor debe entenderlo para que el chiste tenga éxito. Es justo y necesario.

Hablemos del proceso interpretativo:

-Se debe reconocer la disyunción, porque si acepta el mensaje de manera literal no entenderá la intencionalidad lúdica.
-Comprensión y justificación de la disyunción recurriendo a los contenidos implícitos que se dan por supuestos. Ésto implica que emisor y receptor deben compartir un conocimiento contextual de la realidad inmediata y el mundo común a ambos, que sea relevante. En el caso contrario, la situación será absurda (que yo no digo que no pueda ser graciosa).
-El receptor debe realizar una comprensión activa, para dar sentido al supuesto error del mensaje.

Algunos han hecho distinciones internas dentro de los chistes. Por ejemplo, Hockett, diferencia entre chistes prosaicos y chistes poéticos.
Los prosaicos no suponen una manipulación lingüística, sino que el efecto humorístico reside en las incongruencias situacionales, por lo que pueden ser traducidos a otros idiomas (ésto, claro es muy relativo).

Un ejemplo podría ser:
-Voy a cambiarme el nombre.
-¿Y eso? ¿cómo te llamas?
-Paco Mierda.
-Vaya, que putada. ¿Y cómo te vas a poner?
-Lucas; Lucas Mierda.

En cambio, los poéticos se basan en recursos lúdicos formales, a partir de estructuras lingüísticas explícitas, que son muy difíciles, e incluso imposibles de traducir.
Por ejemplo:
-¿Cómo se dice camarero en élfico?
-Eldelbar. (Acentúese la primera sílaba).

Norrick analizó el chiste en la conversación real y observó que cumplen una gran variedad de funciones. Señaló que sirve a fines más diversos que el humor pre-desarrollado.
Por una parte, los enunciados humorísticos pueden servir para mantener el terreno a favor del hablante, dirigir la atención, propiciar cambios de tema y rellenar silencios no deseados.
Por otro lado, una de las cosas que revelan sus análisis, que encuentro de alto interés es que el sarcasmo y la burla pueden proporcionar solidaridad entre aquellos que se ríen. Y si la persona de la que se ríen está presente, incluso puede servir para aliviar una situación dolorosa.

Vigara Tauste también hace un análisis de tipo discursivo del chiste, y una de sus distinciones, la establece entre “chistes humorísticos” y “chistes de humor”.
Los humorísticos son un texto prefijado y autosuficiente que se se reproducen para otros y los de humor serían construcciones espontáneas de carácter cómico, más o menos conscientes, al servicio del texto en el que se inscriben, al hilo de la conversación.












PRAGMÁTICA II. CODIFICACIÓN, DESCODIFICACIÓN,INFERENCIA Y ELEMENTOS OPUESTOS

CODIFICACIÓN, DESCODIFICACIÓN E INFERENCIA

Entendemos la comunicación como un proceso en el que el hablante, a través de un código, o sistema que empareja mensajes con señales, codifica su mensaje y mediante un canal llega al receptor, que a su vez tiene que descodificar. Hasta ahí, bien ¿no?.
Sin embargo, existe un vacío entre la representación semántica y los pensamientos realmente comunicados que no podemos llenar únicamente con la descodificación. Necesitamos realizar un proceso inferencial en el que interviene activamente el contexto.

Si alguien llama por teléfono a una casa y pregunta “¿está Agustín?”, el oyente ha de interferir el sentido por medio de una interacción entre la información explícita y el contexto. El emisor no desea que le den la respuesta exacta (está o no está), se sobreentiende que desea hablar con él y que solicita que conteste al aparato.

El proceso inferencial es desarrollado por el receptor por lo que se puede descodificar, junto a la información contextual y las expectativas generales sobre el comportamiento del hablante.
Según María Ángeles Torres Sánchez:

La inferencia es considerada como un complemento de la codificación y la descodificación destinado a economizar el esfuerzo, y por medio de ella se puede recuperar tanto la información implícita como la intención del hablante en cada enunciado comunicativo”.



La cuestión es, cómo funciona el proceso en la comunicación humorística. ¿Supone, como se ha dicho muchas veces, una desviación de la norma? ¿ Los pasos que seguimos son tan diferentes del discurso serio? Desde luego, es un caso especial a la hora de entender un mensaje espontáneo. ¿Qué es lo que ocurre en un texto, o qué ocurre cuando se interpreta, que provoca esa experiencia psicológica? Tampoco es que yo pretenda resolverlo, y menos en unas pocas entradas, pero espero ofrecer cierta información medio interesante.



ELEMENTOS OPUESTOS

Greimas ha señalado que muchos enunciados humorísticos y en concreto, los chistes tienen dos partes esenciales, cada una de las cuales cumple una función concreta: la narración, que presenta la primera isotopía (agrupación de campos semánticos para dar homogeneidad de significado al texto), y el diálogo, que la rompe.
El elemento que posibilita la colisión de las isotopías, es lo que Greimas ha llamado el término conector, que hace que conecten las partes opuestas. Existe, pues, en la estructura clásica del chiste, un disyuntor que opone la primera parte a la que le continúa.

Tal bisociación consiste, por tanto, en la percepción de una situación o una idea en dos marcos de referencia normalmente incompatibles. El hecho en el que esos dos marcos de referencia se intersectan oscila simultáneamente en dos direcciones, por lo que se bisocia y no se establece un único contexto interpretativo en el que halle un sentido unívoco el texto descrito”

Milner piensa que:
La clave del humor radica en la colisión de dos universos presentados en una única situación y un único contexto lingüístico, lo cual provoca el choque humorístico”.

Observamos entonces que, al sacar el signo de su contexto más típico ya no se está refiriendo a su “referente natural”, sino a otro “paradójico”.

El discurso serio, pues, es unívoco y suele responder a una sola isotopía; el humorístico opone dos isotopías sistemáticamente.

Doy un ejemplo:

-Me han dicho que no soy normal. ¿Y qué es normal?
-Un programa de la lavadora.

 

PRAGMÁTICA I. TEORÍAS SOBRE EL HUMOR

El mensaje humorístico no sólo a causa de los elementos lingüísticos del mensaje y de las transgresiones del código cobra sentido, sino que también es importante su contexto comunicativo.

Tengo que señalar, que este humilde y básico análisis pragmático que me dispongo a hacer, en ésta y alguna entrada más, ha sido inspirado en gran parte por el estudio de María Ángeles Torres Sánchez, Estudio pragmático del humor verbal. Muchas ideas de su contenido y clasificación las he tomado de ahí. No obstante, he intentado realizar un análisis propio, desde el nivel que me es posible, el mío vamos, para poder insertar reflexiones, ejemplos e ideas de mi cosecha. (Gracias por no haberlo dudado).

Lo primero que debemos hacer es una revisión breve de las teorías más significativas acerca del humor, para poder, más tarde aplicar criterios pragmáticos. Cualquier estudio del humor, lingüístico incluido, hace referencia, por lo menos, a alguna de estas teorías.

Las teorías filosóficas sobre el humor se suelen dividir en tres clasificaciones: teorías de la superioridad, de la descarga y de la incongruencia.




TEORÍAS DE LA SUPERIORIDAD.

El otro día le pregunté a mi novio, que qué causa consideraba él, generadora primera del humor, ya que estaba de acuerdo conmigo en que era una característica prelingüística. Me dijo que el tipo de estímulos que recibimos en el cerebro cuando observamos a alguien resbalar con una cáscara de plátano o tropezar y nos produce risa sin tener en cuenta el daño que le ha podido causar al sujeto en cuestión, era el motor que generaba el humor.

Pues básicamente ésto defienden las teorías de la superioridad. Manifestación del sentimiento de superioridad del hombre hacia el hombre, e incluso hacia uno mismo en un momento determinado (suspiren, si saber que podemos aplicarnos la crueldad también a nosotros mismos y no sólo a los demás les hace sentirse un poco menos hienas).
Tal concepción del humor nos recuerda a las teorías de Platón y Aristóteles que ya comenté brevemente en la entrada del humor en el mundo clásico.

Henri Bergson, en líneas generales, consideraba que nos produce risa aquello que se nos presenta como caricatura o deformación de nosotros mismos. Además, creía que siempre tiene un carácter social, siempre busca ser compartida. Que siempre buscamos un cómplice real o imaginario (yo estaba en desacuerdo hasta que leí lo de imaginario). El humor se encarga de plasmar, según él, la realidad que nos resulta censurable, aunque no se dictan normas de como debería ser. Se trata de “un juego subordinado, como todos los juegos, a un convenio previamente aceptado”.
Distinguía entre dos tipos de comicidad: la del lenguaje en sí mismo, y la de las ideas expresadas a través del lenguaje. Es decir, por una parte la manifestación lingüística del juego con el lenguaje, y por otra, el proceso comunicativo intencionalmente humorístico.



También Baudelaire, se incluye en esta línea teórica. Consideraba que la risa conseguía librarnos de una situación espiritualmente tensa.
Distinguía entre la risa como fuente de una imitación hábil de la realidad, (caracterizada por su simplicidad, su costumbrismo, su intención satírica como expresión de superioridad del hombre sobre el hombre), y la risa cuyo origen es lo grotesco como facultad imitadora de elementos de la naturaleza (apoyada en mecanismos más profundos, que dan cuenta del sentimiento de superioridad el hombre sobre la naturaleza). Lo primero sería “lo cómico significativo” y lo segundo “lo cómico absoluto”.




TEORÍAS DE LA DESCARGA.

Estas teorías interpretan el humor como efecto de una descarga de exceso de energía física.

Freud distingue tres manifestaciones del humor en función del tipo de energía descargada: el chiste, lo cómico y el humor.
El elemento común es la energía acumulada a causa de la represión sexual (¿alguien lo dudaba?) que digo yo... y si estuviéramos liberados sexualmente....¿nunca gastaríamos bromas? Viva la sexualidad solemne.
Según él, en el chiste el hombre expresa abiertamente aspectos de la realidad ante los que suele mostrarse inhibido (represión acumulada).
En lo cómico, la energía acumulada que ha de soltar, no es la de la represión, es la del pensamiento. La hemos acumulado para llevar a cabo un proceso, y más tarde resulta innecesaria.
Y en el humor, concepto que entiende como más amplio del humorismo, ahorramos energía de carácter emotivo. La persona se prepara para sufrir sentimientos negativos y tal situación no se presenta. La energía acumulada se descarga a través de la risa del humor.
Un tipo complejo, este Freud.

 


TEORÍAS DE LA INCONGRUENCIA.

Defienden que todo humor se basa en el descubrimiento de una realidad o un pensamiento que resulta incongruente con lo que se esperaba.

 Kant define la incongruencia como “el contraste entre lo descubierto y lo que se esperaba; la risa surge de una expectativa tensa que de repente queda reducida a nada”.

Para Schopenhauer, la risa se presenta como una manifestación de un desequilibrio, de una alteración. Considero que sus tratados sobre humor son sublimes, y como este es mi blog, me tomo la licencia de recomendarlos por encima de otros, porque además me parece muy divertida su manera de argumentar, en general.

La causa de lo risible está siempre en la subsunción o inclusión paradójica, y por tanto inesperada, de una cosa en un concepto que no le corresponde, y la risa indica que de repente se advierte la incongruencia entre dicho concepto y la cosa pensada, es decir, entre la abstracción y la intuición”.

Desde el punto de vista pragmático pues, el mensaje humorístico entra en contacto con el conjunto de supuestos contextuales del interlocutor. Ésto le obliga a inferir una intención lúdica en el hablante, persiguiendo una pertinencia óptima de tal mensaje. La incongruencia inicial, se interpreta entonces de manera adecuada y es la base de la hilaridad. Descubre la intención lúdica del hablante y responde con la risa.

Distingue también entre dos tipos de humor verbal, que son la agudeza y el absurdo. También hace un paralelismo entre la comunicación con intención irónica y la emisión lúdica con intención humorística.



El español Núñez Ramos, considera el humor como una actitud ante la vida y más o menos un instinto para no perder la cabeza. Yo, esta teoría la comparto.
Dice que la verdadera tragedia y la verdadera comicidad son casos límite, sin posible respuesta con sentido, y el humorismo otorga sentido a lo que no lo tiene. Como surge vinculado a un sujeto no es una situación objetiva y nunca se manifiesta totalmente de manera directa y conceptual, sino que es preciso deducirla de sus actos o palabras. El humor, pues, según María Ángeles Torres Sánchez: “ no utiliza la dimensión referencial de los signos, sino su dimensión expresiva y sintomática”.


De todas estas ramas, la de la incongruencia es la que, para mí, presenta menos problemas para tomarla como base en el estudio pragmático del humor. Aunque considero que, lo más acertado para una visión global, es tenerlas todas en cuenta.