domingo, 26 de mayo de 2013

PRAGMÁTICA IV. LOS ACTOS DE HABLA Y EL HUMOR.



Repasemos cuestiones terminológicas.
La teoría de los actos de habla surgió en respuesta contradictoria a la idea conservadora de que el lenguaje se utiliza únicamente para transmitir información.
Las oraciones, pues, tienen también una intención (influir en el pensamiento de otro, provocar una idea de uno mismo en el interlocutor, moverlo a que realice una acción, etc).
Austin distingue tres actos de habla:

-Acto locutivo: en todo acto de habla se pretende hablar de algo. Está constituido por las siguientes acciones:
-Componer una oración (estructura sintáctico-semántica), que en sí misma, puede
responder a varias interpretaciones.
-Contextualizarla, para resaltar el significado contextual de la referencia de esas
posibles interpretaciones.
-Materializarla como enunciado efectivo, bien pronunciado o escrito.
-Acto perlocutivo: aspectos intencionales, no regulados por la lengua y todo el conjunto de efectos que ejerce sobre el oyente.
-Acto ilocutivo: actitud con la que es presentado el mensaje, modo en el que muestra su postura.

Cada hablante sabe que tipo de conducta ilocutiva de adoptar en su lengua según el contexto y sus intenciones.

Por su parte, Searle distingue los actos asertivos , los directivos, los compromisivos, los expresivos y las declarativas. Y partiendo de las ideas de Austin, elabora una explicación de los factores que influyen en le elección de una u otra conducta ilocutiva, según la situación.
Cuando las condiciones no se cumplen, se origina una determinada situación que varía según la regla infringida, se violan los “actos de felicidad”. (Imaginad, por ejemplo, una situación en la que pretendéis detener y multar a un policía por la calle. Además de hermoso sería contraproducente y absurdo).

Pues el caso es que el humor juega a menudo con ésto. Puedes preguntar, por ejemplo “¿qué necesitas para abrir una jaula?” y la respuesta no será un instrumento, ni una llave, sino que esté cerrada.

Se supone, pues, que la violación de los actos de felicidad hacen que un acto de habla fracase. Pero puede, que si la intención es humorística, triunfe.

Existen, pues, actos de habla donde la clave humorística reside en la incongruencia entre el acto locutivo y el acto ilocutivo.

Así sucede en este ejemplo, donde el sujeto interpreta la intención negativa de una queja con una intención mundana y doméstica :

Una pareja en una casa; le dice ella:
-¿Has pensado en la nota que te dejé esta mañana en la nevera?
-No te preocupes, está todo bien.
-¿Cómo que está todo bien? Si te puse “ésto no funciona”.
-Tranquila, yo he mirado la nevera y enfría perfectamente.




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