sábado, 20 de abril de 2013

CALAMBURES


Pues si los juegos de manos
dicen que son de villanos,
¿qué serán los calambures,
los palíndromos y albures?
¿Serán juegos de tahúres?
Oil Imenod


En un nivel morfológico, encontramos el calambur: un juego de palabras que consiste en modificar el significado de una palabra o frase agrupando sus sílabas de una manera diferente, basándose en la homonimia, la paronimia o la polisemia.

Una teoría sobre el origen del término cuenta que el escritor Georges de Bièvre hizo famoso este artificio al frecuentar su uso parodiando los continuos equívocos del conde Kalemburg, conde de Westfalia, que desataban toda clase de malentendidos en la corte de Luis XVI, debido a su pésimo francés.

Sin embargo, hay otras teorías sobre la etimología; que el termino viene del árabe kalembusu (palabra equívoca), del italiano calamo burlare (burlar con la pluma), o del francés calembour, que a su vez vendría del alemán Kahlenberg, que es el nombre de un pueblo que tuvo un párroco, que lo usaba sin parar.

En la literatura española, son conocidos los calambures de Francisco de Quevedo, el más célebre y paradigmático dedicado y recitado en persona a la reina Doña Isabel de Borbón, mujer acomplejada por su cojera. Con un ramo de flores a cada mano, claveles y rosas, se presentó en la plaza donde ella se encontraba y reverenciándose ante ella le dijo: “Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja”. Creo que no hace falta que descifre la mofa. ¡Y que gran don, oye, el de poder construir mofas irreprochables para dedicarlas, con una gran sonrisa en la boca a alguien a quien por una extraña razón se le ha concedido el derecho de la pleitesía permanente!

Tampoco Luis de Góngora ignoró este juego y escribió:

Cruzados hacen cruzados
escudos pintan escudos
y tahúres muy desnudos
con dados ganan condados
ducados ganan ducados
y coronas Majestad
¡Verdad!


Aquí tenemos, por ejemplo estás definiciones calamburescas de Les Luthiers:

Inestable: Mesa norteamericana de Inés.
Ondeando: Donde estoy.
Camarón: Aparato enorme que saca fotos.
Decimal: Pronunciar algo mal (dije mal).
Becerro: Que ve u observa una loma o colina.
Esmaltes: Ni lunes ni miélcoles.
Bermudas: Observar a las que no hablan.
Telepatía: Aparato de TV para la hermana de mi mamá.
Telón: Tela de 50 metros...o más.
Berro: Bastor alebán.
Polinesia: Mujer policía que no se entera de nada.
Chinchilla: Auchenchia de un lugar para chentarche.
Diademas: 29 de febrero.
Dilemas: Háblale más.
Manifiesta: Juerga de cacahuetes.
Meollo: Me escucho.
Atiborrarte: Desaparecerte.
Cacareo: Excremento del preso.
Cachivache: Pequeño hoyo en el pavimento que está a punto de convertirse en vache.
Endoscopio: Me preparo para todos los exámenes excepto para dos.
Nitrato: Ni lo intento.
Nuevamente: Cerebro sin usar.
Talento: No ta rápido.
Sorprendida: Monja en llamas.




Podemos encontrar calambures, si los buscamos, o si ciertos discursos nos mandan al tedio.

El dulce lamentar de dos pastores / El dulce lamen tarde dos pastores. (Garcilaso de la Vega)
Ayuntamiento / Hay untamiento. (Sagrado Sistema)
Clamé al cielo y no me oyó / Clamé al cielo y no meo yo. (Don Juan Tenorio)
Útiles de jardinero/ Útil es dejar dinero. (Proverbio impopular)


Y con los calambures, evidentemente, podemos hacer infinitos chistes.

En una peluquería:
Son las 17.01. En la puerta hay un cartel que dice : Horario de 10 a 17 horas. Y llega una señora corriendo con malos pelos y se encuentra la puerta cerrada.
¿Cómo se llama la película?
¡Ah, te rizas como puedas!
(Aterriza como puedas)

Y sin más, añadiré calambures a esta entrada y espero que también compartáis los que se os ocurran.

¡Larga vida al calambur!

Hoy un compañero me ha contado un chiste que quiero incluir aquí:

¿Qué plato le gustaba mucho a Cervantes?
Las judías con berzas

Confío en vuestra perspicacia.







RECURSOS PROSÓDICOS DEL HUMOR


La entonación y las pausas pueden ser y son un medio corriente para crear un mensaje humorístico.
Son recursos fónicos alterar alguna letra o algún sonido para crear este inesperado resultado semántico, que ya hemos dicho, suele ser la base del humor.
A continuación, un magnífico ejemplo de Rabinovich, componente de Les Luthiers, maestros del humor, donde los haya, donde utiliza recursos prosódicos, entre otros.




También adjunto un ejemplo de Muchachada nui, en el que por supuesto hay otras muchas características que hacen de este sketch un sketch de humor; pero es la entonación exagerada del personaje de “el gañán” la que mantiene el hilo cómico.

Iré recopilando ejemplos para añadir, os invito también a que aportéis los vuestros.


Iré recopilando ejemplos para añadir, os invito también a que aportéis los vuestros.


sábado, 6 de abril de 2013

HUMOR EN EL MUNDO CLÁSICO



En los documentos antiguos que podemos estudiar de nuestra cultura se hallan ya, referencias al humor.

En el Antiguo Testamento se diferencian dos tipos de risa. En la lengua hebrea hay dos palabras para diferenciarlas: sakhaq, que significaba “risa feliz” e iaag, que era una risa burlona, denigrante.

Estas dos concepciones de la risa serán heredadas por Occidente. En griego, las palabras para designar risa son γελάω , que también significa brillar y hace referencia al hecho de reír de alegría y καταγελάω, que hacía alusión a reírse o burlarse de alguien.

Filósofos como Platón y Sócrates teorizaron bastante acerca del humor y la risa.
Platón la consideraba un exceso y como tal debía ser evitado; no en su totalidad claro, se podía bromear pero la risa debía ser limitada por la razón. De ninguna manera alguien debía usar su inteligencia o sus palabras para ridiculizar a un ciudadano.

Aristóteles reconoce un principio estético en la risa, pero considera la comedia un género inferior, aunque al contrario que Platón, no la asocia al dolor. Consideraba las obras de Aristófanes, vulgares y ofensivas.
También sostiene que “aquellos cuyos chistes son de buen gusto son llamados ingeniosos por ser de buen gusto y vivaces.”

Podemos encontrar estos criterios dicotómicos en muchos tratados clásicos (y no tan clásicos) sobre el humor. No obstante, la parodia y la ridiculización, en muchas ocasiones son usadas para protestar, para sublevarse, como es el caso de Aristófanes, el más importante comediante de la Grecia clásica, que cuestionaba los valores de la sociedad con una amplia variedad de recursos burlescos y agudezas lingüísticas, con las que ponía de manifiesto que lo vergonzoso era la solemnidad, lo fatuo y la seriedad. De hecho, planteó temas que sólo pueden tratarse desde la comedia; a saber, pilares incuestionables políticos y sociales, como por ejemplo una revolución de las mujeres hastiadas de sus maridos que decidían tomar el poder y gobernar sus ciudades, en su obra Lisístrata.

El mayor representante de la comedia ática supo adaptarse a los registros sociolingüísticos, retratando situaciones disparatadas. Lo conseguía exagerando tendencias del habla. Remedaba la lengua de los jóvenes aristócratas atenienses, educados por las corrientes intelectuales y sofísticas de la época.
En su obra Caballeros, se burla de este sector por el abundante uso de derivados en -ikós; y un joven le dice a otro, lo que se ha traducido como :
La verdad es que es cohesivo y conclusivo, y formulativo y claramente expresivo, admirablemente represivo de lo confusivo.”

Imitó registros asociados a la lengua y al género, al habla de los extranjeros y especialmente se burló de las jergas especializadas de la astronomía, la Sofística, la filosofía, la medicina...

Utilizó con maestría los procedimientos propios de la comicidad verbal que por supuesto, se siguen dando en la actualidad : el doble sentido, la polisemia, las situaciones donde el humor nace de la incongruencia entre situación y lengua o la contradicción entre lo que se ve y lo que se oye.





Tampoco en la comedia romana faltaron virtuosos. Es el caso de Plauto, autor que gozó de gran popularidad gracias al diestro manejo que tenía del latín y su habilidad para componer juegos de palabras inspirados en diversos motivos como los nombres propios que se parecían a otras palabras. Solía también inventar nuevos términos, como este pasaje, que traducido versa así:

Escucha, pues, y lo sabrás: Falsiloquidoro Vendedoncellónides Gastabromístides Sacatudinerónides Diceloquetemerecides Burlónides Embaucónides Loquetequítides Nuncalorecuperástides. Ya lo sabes.” (Trad. J.R. Bravo).

El humor otorga a la lengua total libertad, a su servicio ésta se comporta como quiere para lograr lo que pretende y así, Plauto creaba palabras que no existían pero que eran fácilmente identificables para el público. O bien hacía recitar a sus actores discursos absurdos con tono de gran solemnidad.



Vemos pues, como estos recursos se han adaptado a los tiempos pero de ninguna manera están obsoletos. La incongruencia, la asociación de ideas insólitas, la construcción lingüística paradójica o absurda siguen provocando en el cerebro ese fenómeno que conocemos como risa. El humor levanta pasiones y animadversiones, lo que divierte a unos, ofende a otros; hay para todos los gustos. La parodia sigue siendo un género amado por unos y detestado por otros. Especialmente por los que resultan parodiados.






viernes, 5 de abril de 2013

ETIMOLOGÍA DEL HUMOR EN ESPAÑOL


En español, la palabra humor procede del latín humor, humoris, que significa “líquido, humedad”. Ésta, a su vez, está adaptada del vocablo griego χυμός .

La medicina griega se basaba en las teorías de de los cuatro humores o líquidos dominantes en el cuerpo (doctrinas de Hipócrates y Galeno). Estos líquidos eran sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema. Consideraban que la salud se basaba en el balance de estos líquidos, y que cuando esto ocurría, entonces el sujeto estaba de “buen humor”. Estas creencias fueron mantenidas por los romanos y también perduraron durante la Edad Media.

Es, por estas teorías, que en nuestra lengua han sobrevivido ciertos conceptos, por ejemplo, humor negro: cuando predominaba la bilis negra, se pensaba que producía pesimismo y tristeza. Por esto llamamos humor negro al hecho de reírnos o bromear sobre la desgracias.
Melancólico” procede del griego mélanos (negro) y kholé (bilis), el que padecía tal cosa era un melankholikós.
Su equivalente en latín era atrabilis. Atra era negra y de ahí “atrabiliario”.

Igualmente se creía que al predominar la bilis roja, se estaba irascible, iracundo, colérico.

El humor flemático eran los mocos, que si se acumulaban en un lugar determinado producían inflamación. De ahí “flemón”. Además se asociaba con el comportamiento tranquilo, impasible y así cuando alguien posee estos atributos se le llama “flemático”.

De la hipertrofia del sentido de “buen humor”, se han derivado los conceptos “humor” o “humorismo”.

martes, 2 de abril de 2013

BREVE INTRODUCCIÓN


La construcción del mensaje humorístico tiene una clara intención, que es influir en el receptor, causando la risa. El buen humor requiere ingenio y construcciones lingüísticas agudas; una buena predisposición en el interlocutor, perspicacia o simplemente la situación adecuada para poner de manifiesto una asociación de ideas inesperada pero acertada.

El objetivo de este blog es analizar el lenguaje en los tópicos, los contextos, así como algunos movimientos relacionados con esta peculiar forma de expresión, quizás tan antigua, como la búsqueda de la belleza a través de la palabra. Me gusta imaginar a un antepasado intentando dar con la clave de un buen poema de amor primitivo, y dando por error con un divertido disparate, decidiendo así, abandonar la lírica para convertirse en humorista de las cavernas.

Vaya por delante, que para entender el humor no nos basta con su análisis lingüístico, sino que necesitamos conocer ciertos aspectos sociales y culturales... aunque ¿no ocurre esto con la mayoría de actos comunicativos? De hecho, esta es la causa por la que es difícil encontrar modelos universales de humor y muchas veces no encontremos divertidos los chistes en otro idioma, aunque lo conozcamos.

Lo que sí cabe preguntarse, es que hay dentro de nuestro cerebro que nos conduce a expresarnos de esta manera, a buscar el humor y si este aspecto está tan intrínseco en el ser humano que por fuerza tenga que existir en todas las culturas como existe el lenguaje. ¿Desde cuando existe esta tendencia? ¿Es anterior a las lenguas? ¿Es incluso instintiva? ¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando percibimos un mensaje que nos causa la risa?

Intentaré abordar estas cuestiones teniendo en cuenta que al construir un mensaje humorístico jugamos con el hecho de chocar con las expectativas lingüísticas del oyente. Ésto se consigue gracias a recursos prosódicos, socioculturales, morfosintácticos, léxico-semánticos, paralingüísticos... Todos ellos serán aquí objetos de estudio.
Y por supuesto, ríanse, es gratis.