El mensaje humorístico no
sólo a causa de los elementos lingüísticos del mensaje y de las
transgresiones del código cobra sentido, sino que también es
importante su contexto comunicativo.
Tengo que señalar, que
este humilde y básico análisis pragmático que me dispongo a
hacer, en ésta y alguna entrada más, ha sido inspirado en gran
parte por el estudio de María Ángeles Torres Sánchez, Estudio
pragmático del humor verbal. Muchas
ideas de su contenido y clasificación las he tomado de ahí. No
obstante, he intentado realizar un análisis propio, desde el nivel
que me es posible, el mío vamos, para poder insertar reflexiones,
ejemplos e ideas de mi cosecha. (Gracias por no haberlo dudado).
Lo
primero que debemos hacer es una revisión breve de las teorías más
significativas acerca del humor, para poder, más tarde aplicar
criterios pragmáticos. Cualquier estudio del humor, lingüístico
incluido, hace referencia, por lo menos, a alguna de estas teorías.
Las
teorías filosóficas sobre el humor se suelen dividir en tres
clasificaciones: teorías de la superioridad, de la descarga y de la
incongruencia.
TEORÍAS
DE LA SUPERIORIDAD.
El
otro día le pregunté a mi novio, que qué causa consideraba él,
generadora primera del humor, ya que estaba de acuerdo conmigo en que
era una característica prelingüística. Me dijo que el tipo de
estímulos que recibimos en el cerebro cuando observamos a alguien
resbalar con una cáscara de plátano o tropezar y nos produce risa
sin tener en cuenta el daño que le ha podido causar al sujeto en
cuestión, era el motor que generaba el humor.
Pues
básicamente ésto defienden las teorías de la superioridad.
Manifestación del sentimiento de superioridad del hombre hacia el
hombre, e incluso hacia uno mismo en un momento determinado
(suspiren, si saber que podemos aplicarnos la crueldad también a
nosotros mismos y no sólo a los demás les hace sentirse un poco
menos hienas).
Tal
concepción del humor nos recuerda a las teorías de Platón
y Aristóteles
que ya comenté brevemente en la entrada del humor en el mundo
clásico.
Henri
Bergson, en
líneas generales, consideraba que nos produce risa aquello que se
nos presenta como caricatura o deformación de nosotros mismos.
Además, creía que siempre tiene un carácter social, siempre busca
ser compartida. Que siempre buscamos un cómplice real o imaginario
(yo estaba en desacuerdo hasta que leí lo de imaginario). El humor
se encarga de plasmar, según él, la realidad que nos resulta
censurable, aunque no se dictan normas de como debería ser. Se trata
de “un juego
subordinado, como todos los juegos, a un convenio previamente
aceptado”.
Distinguía
entre dos tipos de comicidad: la del lenguaje en sí mismo, y la de
las ideas expresadas a través del lenguaje. Es decir, por una parte
la manifestación lingüística del juego con el lenguaje, y por
otra, el proceso comunicativo intencionalmente humorístico.
También
Baudelaire, se
incluye en esta línea teórica. Consideraba
que la risa conseguía librarnos de una situación
espiritualmente tensa.
Distinguía
entre la risa como fuente de una imitación hábil de la realidad,
(caracterizada por su simplicidad, su costumbrismo, su intención
satírica como expresión de superioridad del hombre sobre el
hombre), y la risa cuyo origen es lo grotesco como facultad imitadora
de elementos de la naturaleza (apoyada en mecanismos más profundos,
que dan cuenta del sentimiento de superioridad el hombre sobre la
naturaleza). Lo primero sería “lo cómico significativo” y lo
segundo “lo cómico absoluto”.
TEORÍAS
DE LA DESCARGA.
Estas
teorías interpretan el humor como efecto de una descarga de exceso
de energía física.
Freud
distingue tres
manifestaciones del humor en función del tipo de energía
descargada: el chiste, lo cómico y el humor.
El
elemento común es la energía acumulada a causa de la represión
sexual (¿alguien lo dudaba?) que digo yo... y si estuviéramos
liberados sexualmente....¿nunca gastaríamos bromas? Viva la
sexualidad solemne.
Según
él, en el chiste el hombre expresa abiertamente aspectos de la
realidad ante los que suele mostrarse inhibido (represión
acumulada).
En
lo cómico, la energía acumulada que ha de soltar, no es la de la
represión, es la del pensamiento. La hemos acumulado para llevar a
cabo un proceso, y más tarde resulta innecesaria.
Y
en el humor, concepto que entiende como más amplio del humorismo,
ahorramos energía de carácter emotivo. La persona se prepara para
sufrir sentimientos negativos y tal situación no se presenta. La
energía acumulada se descarga a través de la risa del humor.
Un
tipo complejo, este Freud.
TEORÍAS
DE LA INCONGRUENCIA.
Defienden
que todo humor se basa en el descubrimiento de una realidad o un
pensamiento que resulta incongruente con lo que se esperaba.
Kant
define la incongruencia
como “el contraste entre lo descubierto y lo que se
esperaba; la risa surge de una expectativa tensa que de repente queda
reducida a nada”.
Para
Schopenhauer, la risa
se presenta como una manifestación de un desequilibrio, de una
alteración. Considero que sus tratados sobre humor son sublimes, y
como este es mi blog, me tomo la licencia de recomendarlos por encima
de otros, porque además me parece muy divertida su manera de
argumentar, en general.
“La
causa de lo risible está siempre en la subsunción o inclusión
paradójica, y por tanto inesperada, de una cosa en un concepto que
no le corresponde, y la risa indica que de repente se advierte la
incongruencia entre dicho concepto y la cosa pensada, es decir, entre
la abstracción y la intuición”.
Desde
el punto de vista pragmático pues, el mensaje humorístico entra en
contacto con el conjunto de supuestos contextuales del interlocutor.
Ésto le obliga a inferir una intención lúdica en el hablante,
persiguiendo una pertinencia óptima de tal mensaje. La incongruencia
inicial, se interpreta entonces de manera adecuada y es la base de la
hilaridad. Descubre la intención lúdica del hablante y responde con
la risa.
Distingue
también entre dos tipos de humor verbal, que son la agudeza y el
absurdo. También hace un paralelismo entre la comunicación con
intención irónica y la emisión lúdica con intención humorística.
El
español Núñez Ramos,
considera el humor como una actitud ante la vida y más o menos un
instinto para no perder la cabeza. Yo, esta teoría la comparto.
Dice
que la verdadera tragedia y la verdadera comicidad son casos límite,
sin posible respuesta con sentido, y el humorismo otorga sentido a lo
que no lo tiene. Como surge vinculado a un sujeto no es una situación
objetiva y nunca se manifiesta totalmente de manera directa y
conceptual, sino que es preciso deducirla de sus actos o palabras. El
humor, pues, según María Ángeles Torres Sánchez: “ no
utiliza la dimensión referencial de los signos, sino su dimensión
expresiva y sintomática”.
De
todas estas ramas, la de la incongruencia es la que, para mí,
presenta menos problemas para tomarla como base en el estudio
pragmático del humor. Aunque considero que, lo más acertado para
una visión global, es tenerlas todas en cuenta.
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